La economía colaborativa es un sector disruptivo que ha conseguido irrumpir con fuerza en una sociedad cambiante que ha aprendido el valor de compartir e intercambiar bienes por encima del hecho de poseer. Su aparición se ha producido a raíz del desarrollo de Internet y de las comunidades de usuarios con intereses comunes, factores que han propiciado un cambio de mentalidad en el seno de la sociedad. La evolución se ha originado a distintos niveles en diversas industrias con un modelo de negocio tradicional que se ha visto amenazado por el cambio de paradigma, por lo que tampoco le sobran detractores entre los mercados más conservadores.
Esa es la razón por la que los expertos no terminan de dar con una definición común para estos nuevos modelos de negocio. No obstante, la economía colaborativa, pese a ser un sector que ha llegado para quedarse, no tiene porqué terminar con las industrias tradicionales, únicamente establecerse como un modelo alternativo que saca a la luz las actividades que los ciudadanos han venido desarrollando desde largo tiempo atrás de forma sumergida.
El denominador común de todos los proyectos colaborativos podría ser la utilización de recursos infrautilizados por los ciudadanos, un modelo sostenible que permite a los usuarios de este tipo de plataformas ganarse un dinerillo extra gracias a la reutilización de un bien que no está en uso en ese momento. Sin embargo, las industrias tradicionales continúan centrando como objeto de crítica el ánimo de lucro de algunos proyectos, a pesar de que la actividad de los modelos colaborativos podría terminar con gran parte de la actividad que los ciudadanos realizan en negro.
Pero si hay una barrera a la que se enfrenta la economía colaborativa por encima del resto es el apoyo político y la regulación, que no satisface a todos los colectivos. La regulación en la actualidad tiene en cuenta el interés de los sectores más tradicionales de la economía por encima de lo que busca la población general. A nivel regulatorio son enormes las barreras que crecen entorno a los nuevos modelos. El objetivo primordial para el sector es establecer un marco regulatorio híbrido que permita este tipo de actividades bajo un límite establecido que, una vez superado, transforme el estadio de los particulares en uno más empresarial.
Considerada por la revista Time como una de las diez ideas que cambiarían el mundo, la evolución que la economía colaborativa está experimentando demuestra que los nuevos modelos, marcados por un carácter innovador, económico y ecológico, cada vez tienen más hueco entre los sectores antes considerados como tradicionales. El consumo colaborativo está creciendo a un ritmo vertiginoso en muchos ámbitos de la sociedad y en numerosos países del mundo.
Entre ellos está España, donde la economía colaborativa comenzó a ver la luz allá por 2012, momento en el que los modelos colaborativos empiezan a surgir especialmente en el sector turístico. Desde entonces, los nuevos modelos se han extendido a otros sectores de la economía revolucionando el transporte, el mercado inmobiliario o el textil, entre otros muchos.
En nuestro país ya existen alrededor de 500 proyectos de economía colaborativa. Existe una gran necesidad regulatoria para estas empresas, que se encuentran en un limbo legal en la actualidad. Para superar las barreras y la incertidumbre regulatoria a la que se enfrentan los modelos colaborativos surgen colectivos como Sharing España, una asociación de empresas de economía colaborativa que opera en España desde finales del pasado año 2014. Forma parte de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) y defiende los nuevos modelos de negocio como empresas que coexistirán con las tradicionales con elementos diferenciadores.
Asimismo, la economía colaborativa contará con un espacio propio en la próxima edición de European Ecommerce Conference 2015, que se celebrará los próximos días 18 y 19 de noviembre en Bilbao. El track analizará el impacto de la economía colaborativa, así como los retos y las oportunidades de las empresas dentro del sector y la evolución del marco regulatorio.
De igual manera, EEC15 contará con la experiencia de Marcello Mastioni, vicepresidente y director general de operaciones de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) del grupo Homeaway, una empresa colaborativa que se dedica al mercado inmobiliario. Mastioni tiene gran experiencia en operaciones internacionales, además de comercio electrónico y estrategia. El director general de operaciones EMEA de Homeaway también ha desempeñado funciones de liderazgo para empresas como General Electric y el Foro Económico Mundial y ha trabajado como director de Estrategia y Desarrollo Empresarial en Expedia.
Si algo está claro es que a pesar de que las actividades que se están desarrollando se llevan haciendo de toda la vida y la única diferencia podría constituir en que ahora es realmente trazable, el sector es aún muy novedoso y está poco desarrollado. En los próximos años, probablemente, se lograrán superar las barreras regulatorias, el sector podría verticalizarse y hacerse de nicho.